Prepárese bien para las distintas preguntas que pueden formularle. Es probable que la mayoría de ellas se refieran a su experiencia, sus habilidades y su motivación. Persuada a sus interlocutores de su elevada motivación para conseguir el empleo. Dígales por qué sus puntos fuertes e intereses responden a lo que ellos buscan. Conteste a las preguntas completamente, pero sea conciso. Hable solo de los hechos que puedan interesar al empresario. Sea educado, honesto y profesional. No mienta nunca.
Sea claro y conciso en sus respuestas y no utilice expresiones coloquiales ni acrónimos. A
continuación figuran algunas de las preguntas más habituales que formulan las empresas:
- ¿Por qué quiere este trabajo?
- ¿Qué puede aportar usted a nuestra empresa?
- Cuénteme algo sobre usted mismo. ¿Quién es?
- ¿Cuáles son sus puntos fuertes y débiles?
- ¿Por qué desea trabajar en este país?
- ¿Cuánto tiempo piensa quedarse en el país?
- ¿Por qué abandonó su último puesto de trabajo?
- ¿Son sus cualificaciones adecuadas para el empleo que le ofrecemos?
Tenga previsto que tal vez le pidan que dé ejemplos prácticos que demuestren su motivación
y sus habilidades.
Preguntas con truco
Conteste diplomáticamente a las preguntas sobre sus puntos débiles o cualificaciones
inadecuadas. Intente presentar sus puntos débiles como puntos fuertes. Contrarreste las
malas experiencias dando varios ejemplos de situaciones con buenos resultados y que ha
podido solventar bien.
Prepare con antelación las respuestas a preguntas sobre los motivos por los que abandonó
anteriores empleos o empresas. Ensaye este tipo de respuestas con familiares y amigos.
Ellos le dirán honestamente si resulta convincente.
Preguntas personales
En algunas entrevistas se pueden abordar asuntos no profesionales. En cualquier caso,
determinados ámbitos se consideran privados y los candidatos no deben sentirse obligados
a responder preguntas sobre ellos. Todos los países tienen legislación contra la discriminación
conforme con las disposiciones de la Unión Europea relativas a la orientación
sexual, la edad, la discapacidad, la raza o el origen étnico y las creencias religiosas. Otras
cuestiones que no deberían tratarse durante la entrevista son las opiniones políticas, el
estado de salud, el estado civil o los planes de formación de una familia. Si en la entrevista
se formulan este tipo de preguntas, se recomienda que pregunte lo siguiente: «¿En qué se
relaciona este asunto con el empleo que estoy solicitando?».
Formular preguntas
Como regla general, reserve sus preguntas para el final de la entrevista. Las preguntas
pueden referirse a lo siguiente: la estructura de gestión de la empresa; un día de trabajo
normal de la persona que va a ocupar el puesto; los plazos para recibir información
sobre los resultados; los programas de formación y cualificación del personal que ofrece
la empresa.
La cuestión del sueldo
El modo de abordar la cuestión de la retribución dependerá del país y del puesto al que
se opta (consulte los apartados por países del presente documento para ver recomendaciones
en este sentido). En caso de duda, espere a que el entrevistador plantee la cuestión.
Evite hablar de sus requisitos salariales en la primera entrevista. En muchos países
es habitual esperar a que el empleador le ofrezca el puesto antes de negociar la retribución
y otras prestaciones.
Tal vez tenga más oportunidades de negociar el salario y otras prestaciones con empresas
pequeñas, ya que las grandes empresas y las instituciones suelen aplicar escalas salariales
fijas.
Que la retribución se exprese por horas, días, meses o años varía de unos sectores y países
a otros. Para más información, consulte los apartados por países.